Dedicatoria

A vos, que apareciste
con globos y piñata,
con tu gesto descuidado
de cumpleaños sorpresa.
Colgaste una guirnalda
en mis ojos despintados,
anocheciste mis manos
para estrellarme de ganas.

A vos, que sabiendo
casi nada de mis grises
me llevaste al blanco
y luego al negro
y después sin medios ni misterios
me pintaste de rojo para quitarme
tanto violeta acumulado.

A vos, que sin lecciones,
sin palabras o bostezos,
me enseñaste de nuevo
todo aquello que sabía,
me encubriste en la mentira
de saberme sin motivo
para encontrarte ahí
donde casi nos perdemos.

A vos,

que nunca supiste que yo te quería,

porque nunca leíste el silencio en mis labios,

que nunca supiste que yo te escribía,

porque nunca leíste tu nombre en el poema.