Chau ojos

Vos y tus ojos
se pueden ir
de una vez por todas.
 
Sucede que acá,
en esta febril circunstancia
de pasar los días y las horas,
en esta endémica y fingida complicidad
que uno tiene con la muerte,
tus ojos, ya han desbaratado
más de uno
de todos mis destinos.
 
Da igual si,
por curiosas cuestiones naturales,
los cerrás
como puños en festejo
o los abrís
como manos sanadoras.
 
O si,
por naturales cuestiones tuyas,
se tornan
encumbradamente voraces
o amigables como una bufanda.
 
Me pasa que
-si me mirás-
no sé
de qué lado tengo la frente,
en qué oído tengo la orquesta,
para que me sirven las manos.
 
Digo que cuando allá
-en tus ojos-
todo es un cataclismo
de intemperante ternura,
acá
- así de cerca del disparate-
todo es
un desesperante no sé qué.
 
Y cuando digo
que vos y tus ojos se pueden ir
de una vez por todas
me refiero, obviamente,
a que tus ojos se pueden ir,
 
vos
 
quedate al lado mío.

Comentarios

Seguidores