Mujer que se anuda en la garganta

A veces yo
contengo la esperanza.
Por eso de que para algunos
vale tan poco como la memoria.

Entonces
por miedo a que la rechacen,
o que caiga en manos que acaparan,
o la apaleen
con la excusa del pueblo por el pueblo,
la anudo en la garganta.

Ella,
a pesar de la esperanza
de la que no hago alarde,
es lo más parecido
al nudo en la garganta.

Yo sé que es mía
y es mía de muchas formas,
a veces cuidando las formas
y otras mas bien amorfas,

cuando se asusta
de la casa a oscuras,
del silencio desmedido,
o cuando se apura
para no llegar tarde.

Es mía con destreza
y es mía por culpa de ella,

cuando está decorada
como una torta de casamiento,
y más cuando sólo viste
mi ropa de talle grande.

Siempre la contengo,

pero a veces
ella desata el nudo
y se me escapa
disfrazada de esperanza.

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