Cada mañana

La almohada bosteza,
desgarbada,
en el respaldo de la cama.

Y entre los restos de mis sueños de anoche
dormía aún
entreverada con mis sueños de siempre,
la forma de tu cuerpo en la sábana.

Quizá la mañana
sea una mera ocurrencia,
una ocurrencia alejada del deseo,
de mi deseo de que estés recostada
sobre la forma de tu cuerpo en la sábana.

En la sábana que anoche
conspiró contra los cuerpos,
los cuerpos que eran dos
y ahora es uno y una forma,
una forma de entender
que estoy solo y que me duele,
que me duele más saber
que dejaste esta huella y no se borra,
no se borra
de la sábana
ni de cada mañana,
cada mañana en que

en el respaldo de la cama,
desgarbada,
la almohada bosteza.

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