Vos estás

Abarrotado tras lo cierto,
ensimismado,
se mal acostumbra
el hábito pendiente de olvidarte.

Se convence de esperar
la escuálida esperanza
del retorno de esa noche,
sorpresiva,
como todas las noches
que evitamos.

Vos estás
en el instante blando
que conmueve la memoria,

estás
en la tierna vigilia
que se queda dormida
evitando que amanezca,

con tu balcón con sol de tarde
y con tu junio y julio sin invierno,

con ese beso insostenible
que se esconde en el silencio
y el silencio después del beso
donde el corazón se despilfarra.

Vos estás
en la realidad más cruda
del segundo interminable
que respira impaciencia,

en el ruido casi perpetuo
de un tren que pasa,

en el viaje del párpado
desde la luz hasta la sombra,

y en la sombra de esta celda
en donde se mal acostumbra
el hábito pendiente de olvidarte.

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