Otra vuelta

Hay una espina irremediable
clavada en el destino,
esa costa de olas temibles
convertidas en espuma y en cosquillas.

Cuando te quiero para siempre
se que puede ser
hasta mañana
o hasta el jueves
o hasta siempre,

hasta que vos quieras quererme.

Y entonces sé que solo queda
la locura impertinente
que se asoma con un dejo de ignorancia,
de premura impaciente,
de sermón repetido de memoria,

pero acaso todo sea
arena en el reloj
y solo baste con
darle vuelta,

en definitiva se trata
de que vos y yo nos queramos
y no convirtamos
la espuma y las cosquillas
en olas temibles.

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