Celos
Primero llegó tu voz,
despampanante,
un grito impalpable
con sordina
cantando un
“amor vos viste mis hebillas?”
las hebillas no lo sé
segundo tus talones,
entre enojados y apurados,
golpeando desnudos el suelo
desde donde sea que estabas
hasta que te encontrás con que te miro
“mis hebillas amor”
las hebillas no lo sé
y te fuiste,
o volviste,
quedó un poco de tu olor
y algunas gotas en el piso,
seguí tus huellas mojadas
y te vi frente al espejo,
tus manos en jarra sobre tu cabeza.
Y entonces allí estaban.
una, revolcándose en tu pelo,
la otra, mordiéndote los labios.
comprendí la locura
pero igual decidí esconder
para siempre tus hebillas.
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